miércoles, 3 de marzo de 2010

EL MODELO FRANCES

Según ellos, la propuesta lanzada recoge el ejemplo de unos tipos de contrato para jovenes existentes en nuestro país vecino.

Un contrato para jóvenes de hasta 30 años, de seis meses de duración máxima prorrogable hasta un año, con un salario por debajo del mínimo interprofesional y que no da derecho a prestación por desempleo, que no cotiza a la seguridad social y que no tiene compensación por despido.

Pero se les ha olvidado contar que en Francia, este tipo de contrato está pensado para personas sin estudios o que estando recibiendo una formación profesional la están complementando mediante un contrato parcial en una empresa relacionada con el sector en el que se están formando. Y en cuanto al salario, tampoco dicen que en Francia, el salario mínimo interprofesional, es algo superior a los 1.300 €.

Esta propuesta no es realmente ninguna novedad. Yo inicié mi camino profesional con un tipo de contrato así. Y lo formalizaba la propia universidad. Mediante ese contrato, podías realizar el proyecto final de carrera y a la vez una empresa te contrataba si cumplía una serie de requisitos, como que el proyecto laboral para los seis meses de duración fuera lo suficientemente interesante como para complementar la formación. Además se obligaba a pagarte un salario mínimo y tú a cambio tenías la posibilidad de empezar a andar y adquirir experiencia.

Doce años después sigo en la misma empresa. Pero sin embargo también vi como había empresas que se habían habituado a cubrir varios puestos de trabajo mediante ese tipo de contrataciones y como algunos compañeros debían devolver, una vez demostrado el cobro a la universidad, la retribución que recibían por parte de la empresa en la que compaginaban su proyecto final de carrera.

También han existido los contratos de inserción previamente, pensados para jovenes que empezabas a trabajar con dieciseis años, algunos sólo en verano, otros porque dejaban los estudios de manera definitiva. Mediante esos contratos de formación, la empresa te retribuía el 50 % de la jornada porque el resto, por tu condición de aprendiz, estabas siendo formado en el puesto de trabajo.

Pero en la propuesta actualmente lanzada, el único beneficiado sería el empresario que decidiera hacer uso de ese tipo de contrato mediante el cual puede desgrabar un gasto.

Enseguida han dicho que era solamente una idea que está encima de la mesa. Y lo ha dicho Diaz Ferran, añadiendo que la preocupación de los empresarios en la mesa de negociación es ir hacia un mercado laboral en el que realmente se pueda acabar con la gran temporalidad existente y se vaya hacia una mayor seguridad del trabajador en su puesto de trabajo y en su futuro.

Esto, y el concepto que añadió de flexiseguridad, del que poco se ha hablado, serían pasos importantes, pero no creíbles en alguien capaz de haber dejado sin cobrar más de ocho meses a toda la plantilla de su empresa y considerar simplemente que le había tocado un mal número de la lotería.

Los empresarios se hacen un flaco favor manteniendo como su representante a alguien como Diaz Ferrán sobre el que pesa ya la sombra de alzamiento de bienes en la sociedad que debió cerrar. En estos momentos en los que hace falta la máxima implicación por parte de todos y la máxima implicación en una situación en la que hacen falta cambios, hay una pieza que no encaja en el puzzle.

Pero es que además, no cejan en el empeño de lanzar propuestas inaceptables. Se ha visto que el problema del sistema financiero ha sido la falta completa de regulación. Sin embargo, eso es lo que propone precisamente la CEOE para el mercado laboral, que se elimine la necesidad de que los ERE pasen la revisión de la Inspección de Trabajo y que necesiten cumplir con ciertas condiciones y ser aprobados previamente para llevarse a termino.

Y da igual que aún existiendo una ley por la que supuestamente debe indemnizarse con 45 días por año trabajado no se cumpla y se esté en una media de en torno a 30 días. Ellos proponen que sean sólo 20 ó 22 días, así unido a la desregulación sobre el despido en caso de conseguirlo tendrían de facto el despido libre y gratuito.

Se ha demostrado que si algo es fácil en el mercado laboral español es despedir. Lo que necesitamos es contratos que permitan realmente tener una carrera laboral; empresas que consigan implicar a los trabajadores en sus proyectos empresariales como un activo y no solamente como una fuerza de trabajo; empresas en los que los directivos no tengan unicamente implicaciones a la hora de bonus y retribuciones, sino también en cuanto al funcionamiento y mejora de la productividad de sus empleados.




3 comentarios:

Una pulga más dijo...

Completamente de acuerdo contigo.Con los casi 5 millones de parados queda demostrado es fácil despedir, no hace falta facilitar mas el camino.
Hay que dar facilidad para contratar, y es ahí donde debe entrar el Gobierno rebajando los costes por trabajador, para dinamizar el empleo.
Deben de intervenir en el funcionariado público, es una verguenza que tengan los privilegios que tienen con respecto a otros trabajadores (sin despido, estatuto diferente, posibilidad de elegir entre la sanidad pública o privada, ayuda para el dentista, abentismo laboral por cualquier "chuminada", vacaciones, moscosos (mas vacaciones)días para sus asuntos, dolores de cabeza...)
Sin hablar del apoyo sin condiciones que han dado a los bancos y estos siguen en "plan usurero" sin soltar crédito.
Lo de la vuelta al ladrillo es cuestión de tiempo, y la ley del suelo sigue en las mismas,las constructoras tienen mucho suelo comprado y están esperando de nuevo las "vacas gordas", saben que cuando el parque inmobiliario se agote y ya no haya pisos, la demanda volverá a subir y empezaremos de nuevo, la crisis del ladrillo es vieja, se repite de forma cíclica.

Marcelo dijo...

Imaginate la misma situación en Latinoamérica!!!...No es razón tal como para terminar con el capitalismo,...No sé qué pero ésto trae injusticias, hambre, muerte, guerras, corrupción, etc etc...Un abrazo

SA dijo...

Pues sí Marcelo. La verdad es que hemos llegado a una situación en la que los que defienden permanentemente el neoliberalismo que nos ha traído hasta aquí,y que siguen pidiendo en determinados casos -cuando a ellos les beneficia-, el adelgazamiento de los estados, son los mismos que están demandando ayudas y que sea el estado el que resuelva los problemas y las situaciones complicadas.

Los trabajadores que Diaz Ferran, presidente de la CEOE dejó sin cobrar su sueldo, habrán podido recuperar parte de las nóminas atrasadas gracias al FOGASA, que aquí en España es un Fondo de Garantía Salarial que abona las nóminas en casos de quiebra y que se hace cargo del 40 % de la indemnización por despido de los trabajadores de empresas de menos de 25 trabajadores.

Si no contribuimos antes - y sólo se puede hacer vía impuestos- no podemos recibir nada después -ni trenes, ni autovías, ni hospitales, ...-.

Un saludo Marcelo y gracias por tú visita. Ya sabes donde tienes un sitio.