miércoles, 29 de abril de 2009

SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO



(Cartel de la Campaña de la Organización Internacional del Trabajo)


En 2008, en España fallecieron 1.089 personas por accidente laboral. Y hubo más de 1.700.000 accidentes con baja. De estos accidentes, algo más de la cuarta parte se producen en los trayectos de ida y vuelta al trabajo, aunque en valores absolutos, estos accidentes "in itinere" se redujeron respecto al año 2007. Sin embargo, los accidentes en el puesto de trabajo, a pesar de haberse reducido en algo más de 600.000 las personas que estaban trabajando, aumentaron (cinco más) respecto al año anterior. En 2007, el número total de victimas fue de 1.167.



(Fuente, Ministerio de Trabajo e Inmigración)

En los dos primeros meses del año 2009, que quedan recogidos en la tabla del MTeI, el número total de victimas marca una tendencia claramente descendente respecto al mismo periodo del año anterior (35% menos), que seguro está influida por la fuerte reducción de empleo que está habiendo y de manera más significativa en el sector con más accidentes, la construcción.

Los accidentes de trabajo son una lacra social. Suponen un coste que una sociedad no puede permitirse. Y cuando hablo de coste no me refiero de manera exclusiva al económico, me refiero a la perdida de vidas, a la perdida de personas en muchos casos en lo mejor de su vida. Me refiero al drama social y humano que supone. Y es que doy por hecho que todos a estas alturas somos conscientes de que económicamente, los accidentes de trabajo suponen una carga muy importante para el estado, es decir, para todos nosotros.


Ejemplo de lo que consideraríamos trabajo en condiciones penosas. (Foto de la Organización Internacional del Trabajo)

Durante años hubo generaciones que lucharon porque las condiciones de trabajo mejoraran, porque se reconocieran enfermedades profesionales, porque se reconocieran y valoraran condiciones de trabajo penosas que antes no se tenían en cuenta. Y cuando hablo de las generaciones que lucharon hablo de los que ahora están por encima de los cincuenta años. Y cuando hablo de lo que consiguieron pienso por ejemplo en el Amianto. Material que se utilizó de manera intensa por sus propiedades y que ahora, gracias a la lucha de algunos y a las consecuencias sufridas por ellos, sabemos que es cancerigeno si no se trabaja de manera adecuada con él. En Europa, se cifran en más de mil muertes por año las producidas como consecuencia de haber trabajado de manera inadecuada con el amianto. En españa, las estimaciones hablan de más de 1300 muertes por mesotelioma entre 2007 y 2016.



Evidentemente, la legislación y las condiciones económicas del país, son el punto de partida de una cultura preventiva en el trabajo.(Foto de la Organización Internacional del Trabajo)

Pero quedan factores que aún podrían reducir mucho más la mortalidad en el trabajo y las consecuencias que algunos puestos de trabajo tienen en la salud de las personas a largo plazo.

Frases como que "no puedo estar en mi puesto de trabajo como en el salón de mi casa", "si tengo que ponerme el arnés no trabajo", "mientras esté el Coordinador de Seguridad di que sí, que cuando se vaya haremos lo que queramos", debemos conseguir erradicarlas de nuestra cultura laboral. Evidentemente hay empresarios irresponsables que no dan los medios de prevención necesarios para sus trabajadores. Pero existe un número importante de accidentes que ocurren por la propia neglicencia en la manera de realizar el trabajo o de no utilizar las medidas de trabajo adecuadas.

Un ejemplo, y precisamente vivido en el Día Mundial de la S. y S. En una obra había quedado instalado el andamio metálico para poder realizar los trabajos de revestimiento de la fachada. Las medidas de seguridad en su montaje quedan completas. Pero ayer, día 28, que empezaron a trabajar quienes debían realizar el revestimiento, soltaron los amarres del andamio porque consideraban que les estorbaban.

Los técnicos tenemos una gran responsabilidad en la formación e información y no se puede decir que lo hagamos siempre de manera correcta.


Seguro que el presupuesto del Aire Acondicionado era el más barato. ¿Y las medidas de seguridad? (Foto recibida por correo electrónico)

Desde los sindicatos ayer lanzaron nuevas propuestas. En concreto, una de las que escuché es la de que se cree el puesto de Delegado Provincial de Prevención para llegar a las empresas pequeñas, las de menos de 25 trabajadores, en las que no hay representación sindical.

No estoy de acuerdo con esa propuesta. Antes de poner en marcha nuevos puestos, debemos hacer que funcionen los que ya existen.

Por ejemplo. Hay un acuerdo de colaboración entre sindicatos y empresarios para hacer de manera conjunta visitas a obras. Estas visitas tienen caracte preventivo y evalúan las medidas preventivas existentes y se toma nota de los fallos que puede haber. Se da un periodo de una semana para corregirlas y se hace de nuevo una visita. Esta es una iniciativa buenísima. Sin embargo, en estos años, sólo he recibido una de estas visitas.

Además, estas empresas, por pequeñas que sean, deben contar con un Servicio de Prevención, que es quien les prepara su programa de Planificación Preventiva, por lo tanto, si el Servicio de Prevención cumple haciéndolo bien, si la empresa cumple poniéndolo en practica y si los trabajadores se informan, ya que es un documento al que pueden tener acceso, no es necesario ningún puesto nuevo.

Existen armas suficientes para conseguir reducir de manera importante los accidentes laborales, lo que es necesario es que todas las partes implicadas cumplamos con nuestro deber.




El problema no es solo como tres sostienen a uno, es que ni siquiera lleva arnés para no caer al foso del dique. (Foto recibida por correo electrónico)

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