martes, 6 de enero de 2009

LA ONU Y LA UE

La Organización de las Naciones Unidas, ha llegado a un callejón sin salida llevada una vez más por Israel y la masacre que está perpetrando en Gaza

Israel ha conseguido que esta invasión sea ciega y muda con los periodistas informando desde territorio israelí. No se ha permitido acceder a ningún periodista, siguiendo las enseñanzas aprendidas por Bush padre en la primera guerra del golfo y aplicadas por Bush hijo en la segunda.

Hoy, por fin, tras once días, parece que pueda salir una resolución desde el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pero ha hecho falta que sean bombardeados dos colegios de Gaza al cargo de la ONU, con más de cincuenta victimas y muchos heridos muy, muy graves, para que pueda estar hablándose de esa mínima esperanza. Esta resolución será probablemente la enésima decepción en este conflicto en el que Israel se ha ido saltando todas y cada una de las resoluciones que le han ido marcando obligaciones o exigencias.
Las cifras, dadas por Save the Children, de estos once días de destrucción de gaza, avisando de que son conservadoras, hablan de que por lo menos una de cada diez victimas son niños. Francesc Claret, responsable de la ONU de los refugiados en Palestina dice que por lo menos un tercio de las victimas son mujeres y niños.
Representantes de distintas organizaciones que están presentes en la franja desmienten los argumentos de Israel para justificarlas diciendo que los milicianos de Hamás las usan como escudos humanos.
Estamos ante una masacre (por favor que dejen los periodistas de hablar de guerra) en la que no se permite a la población civil salir del territorio que está siendo bombardeado.
Pero no deberíamos albergar ilusión alguna de que esa resolución diga lo que la mayoría deseamos que diga, porque ya se ha encargado EE.UU. de frenar todos y cada uno de los intentos previos de que saliera alguna resolución oficial de la ONU con la excusa de que no se responsabilizaba de manera clara a Hamás.
Aún muchas voces justifican la intervención de Israel como respuesta a los cohetes de Hamás a pesar de que soldados israelíes han manifestado ya que llevaban meses preparándose para esta misión. Y a pesar de que ya ha habido voces que han mostrado la clara intencionalidad política de esta destrucción de Gaza para recortar desventaja de cara a las próximas elecciones por parte del partido del actual primer ministro Olmert.
La ONU, y ahora es más claro que nunca, es una extensión de la política exterior de los EE.UU., país que no duda en vetar cualquier decisión que incomode a sus intereses. Es el que decide que hace la ONU, mientras se ha negado a reconocer jurisdicción sobre ningún ciudadano estadounidense a la Corte Penal Internacional.
Hay una frase que dice que si no eres parte de la solución, eres parte del problema. Las Naciones Unidas estuvieron en el origen del problema en el año 1948, ha podido ser parte de la solución, pero nunca lo ha sido. Es por tanto parte del problema.
Se han enviado en múltiples ocasiones misiones de cascos azules para garantizar el mantenimiento de la paz tras conflictos en diversos países. No se ha hecho nunca eso cuando Israel ha estado violando los distintos acuerdos alcanzados y ha seguido quitando las excasas tierras palestinas, ocupándolas con nuevas colonias y dificultando de manera sistemática y programada las posibilidades de vida en los territorios de Gaza y Cisjordania.
Sin embargo, y fruto del seguro sentimiento de culpa, se llevan invertidos miles de millones de dolares en los territorios vía ayuda humanitaria de las Naciones Unidas y vía construcción de infraestructuras que luego se permite que destruya de manera impune Israel.
La ONU no cumple su función en su composición actual, debe reformarse. Esta situación es la prueba de que no representa realmente los intereses de todas las naciones.
Pero no sale mejor parada la Unión Europea. En estos días, y aún hoy, está en la zona una misión diplomática encabezada por Javier Solana, con la idea de negociar de manera inmediata un alto el fuego.
El alto el fuego llegará. Seguro. Pero no será ni por el éxito de la mediación de la UE ni por el poder de la ONU y el temor de Israel a lo que pueda salir de sus resoluciones. Llegará porque haya conseguido Israel consumar sus objetivos en esta ocupación.
Cuando se plantee el alto el fuego no tendrán los palestinos lugares donde volver a dormir, a trabajar, a estudiar, a recibir asistencia médica... pero seguro que la comunidad internacional se aplaude por el éxito de la diplomacia.
Y la siguiente parte de esta destrucción de Gaza vendrá cuando Israel, una vez dividida la franja, no quiera abandonar las zonas ocupadas, escudándose en la segura justificación de que debe garantizar su propia seguridad, pasando así a consolidar una nueva ocupación de terrenos.

Espero equivocarme. Lo deseo con todas mis fuerzas. Pero si esto ocurre finalmente así, ¿qué podemos esperar en esos momentos tanto de la UE, como de la ONU?

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