viernes, 9 de enero de 2009

¿TAMPOCO VAMOS A CREER A LA CRUZ ROJA?


Vergara. Público. Hoy.


Un conductor de un vehículo perfectamente identificado de la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados de Palestina, fue ayer asesinado por el disparo de un tanque israelí.

Es la cuarta muerte de un trabajador de la UNRWA desde que se inició el bombardeo criminal de Israel.

¿No nos hace pensar ya sobre la dificil situación de Palestina, el hecho de que tenga que tener de manera permanente ayuda humanitaria y de que dentro de su mismo territorio la misión de la ONU se denomine "de los refugiados de palestina"?

Además, se conocieron ayer, las declaraciones de una responsable de Cruz Roja en Palestina diciendo que habían encontrado unos niños que habían muerto por la falta de asistencia del ejercito israelí. Durante los bombardeos israelíes murió su madre, y por el abandono y la negación de asistencia, sus hijos fueron encontrados muertos junto a ella.

El Comité Internacional de la Cruz Roja se ha quejado de que Israel le está impidiendo ejercer su labor y atender a los heridos y a la población. Ha declarado un portavoz del Comité que los soldados israelíes "no han cumplido la obligación que les impone el derecho internacional humanitario de atender y evacuar a los heridos" añadiendo que “la demora en permitir el acceso de los servicios de rescate es inaceptable".

¿Tampoco vamos a creer a la Cruz Roja?

Cualquiera de estos hechos realizado por algún otro país de oriente próximo hubiera significado una rápida y contundente respuesta de toda la comunidad internacional.

La respuesta de la ONU ante la muerte de cuatro de las personas que trabajan en UNRWA ha sido suspender las labores de ayuda a la población palestina.

Esto no es sino otra victoria de Israel. A los bombardeos, ahora se añade la suspensión de la poca ayuda que a cuenta gotas iba llegando.

Y como cosa positiva ayer por lo menos se llego a una resolución en la sede de esa organización que está demostrando todos sus defectos e inoperancia en este conflicto.

EE.UU. se abstuvo. Esa es la noticia. Porque de lo demás, más de lo mismo. Se pide un alto el fuego inmediato. ¡Qué menos!. Y que Israel abandone Gaza.

Sí, que abandone Gaza. ¿Y quién les devuelve ahora sus casas, sus hospitales, sus escuelas, sus ya anteriormente deficientes condiciones de vida en el gueto de la franja?

¿Deberá ser con dinero de Europa y de la ONU como siempre, mientras Israel se lo sigue gastando en armamento de primer nivel?

La embajadora israelí en la ONU ha pedido que cese el contrabando de armas hacia palestina, según ella ha declarado en la sede de las naciones unidas, es la única manera de que haya una paz duradera.

Israel, ejercito poderoso, uno de los mejores servicios de inteligencia del mundo, armamento nuclear, apoyo económico permanente de los EE.UU. y silencio complice de todos.

Palestina, en dos getos, sin ejercito, sin armas. Sin una fuerza internacional de interposición que garantice por primera vez que se cumplen las condiciones de una resolución de la ONU por primera vez.

Sí, son unas condiciones perfectas para la paz.

Pero lo que queda tras eso a lo que llama paz es un paso más en la consecución de sus objetivos. Ha sembrado nuevas semillas de odio en Gaza que nadie sabe hacia donde pueden germinar. Ha destruido un poco más el territorio y las pocas esperanzas de vida en ese territorio masificado y que depende de la limosna de occidente que es la franja.

Y Obama sigue otorgando.

MÁS:

¿Tampoco vamos a creer a la Cruz Roja?

Hamás e Israel han rechazado la resolución que pide el alto el fuego.

"La negación del gobierno legítimo de Hamás y su destrucción es una política a largo plazo"

Israel incumple su propio alto el fuego de tres horas.

Luis Solana "aceptaría" vivir en el sur de Israel, cerca de Gaza, a riesgo de recibir el bombardeo de algún cohete Kasam, pero nunca el riesgo a una muerte casi segura que supone vivir en Gaza.

Se habla de los muertos, pero ¿y los heridos?

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