Foto de lamentable recuerdo. Con esta sonrisa acababan de anunciar el inicio de la destrucción de Irak.
Bush, el último de los tres que quedaba en el cargo, se retira devolviendo favores en forma de reconocimientos. Le ha dado a Blair, ex primer ministro británico, la Medalla Presidencial de la Libertad.
Pocas veces se habrá ofendido tanto a una palabra con un premio.
Pero este premio demuestra la verdadera importancia de Aznar en esa foto. En esos momentos él representaba un voto en el Consejo de Seguridad que podía aprobar la resolución que hubiera legalizado la invasión de Irak. Aznar estaba de manera circunstancial, por turno, en esos momentos en el Consejo.
Gracias a su intervención en la Azores, España quedará unida de manera permanente a ese triste episodio de la historia moderna. Como pago ni siquiera le han llegado las migajas en el reparto de los recuerdos.
Y se perdió la gran oportunidad de que Europa hubiera marcado una posición distinta a la de EE.UU. en la política internacional.
No nos alineamos con Francia y Alemania, que se opusieron de manera clara a la intención de Washington, habiendo podido ser ese el punto de inflexión hacia una verdadera política exterior común de Europa. Y hacia el renacimiento del viejo continente como defensor de la paz y de la legalidad internacional.
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