Viñeta de Ramón. Hoy en El País.
Este pasado viernes terminó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Ha tenido lugar en Poznan, Polonia.
12 días de cumbre, de reuniones… y al final lo único en claro, como ya ocurrió en Bali es un calendario de más reuniones para preparar la reunión de Copenhague que tendrá lugar a final del 2009, de donde debe salir un texto que sustituya a Kioto.
El problema es que lejos de que vaya a ser Copenhague un tratado que amplíe horizontes de compromiso respecto a Kioto, se va a quedar en un sustituto que trate de poner nuevos plazos al fracaso de los compromisos que se alcanzaron en ese anterior tratado.
EE.UU. parece alejado de cualquier compromiso en firme, no firmó Kioto anteriormente, y tal vez sería la hora de que el resto de la comunidad internacional alcanzara acuerdos que penalizaran la falta de compromiso y la irresponsabilidad tantas veces manifiesta del supuesto líder mundial.
Hace pocos días, dentro de la información que sobre la cumbre se ha ido produciendo, leía que en el Atlas de Especies Amenazadas se dice que “el cambio se está produciendo tan rápido en todo el mundo que muchas especies no tendrán suficiente tiempo de adaptarse”.
Los líderes mundiales parecen renqueantes a tomar decisiones duras al respecto. Pero no es sólo responsabilidad de ellos. Todos podemos hacer más cosas. La pasada semana, viajando por la autovía A4, Córdoba-Madrid, habían estado realizando la rutinaria limpieza de cunetas, de lo que tiramos. Eran innumerables los bolsones que habían llenado.
En la pasada Expo de Zaragoza, prácticamente en todo el recinto había cubos agrupados para poder tirar por separado el papel, los envases y la basura orgánica. En mi primera visita hice el ejercicio de mirar todos por los que pasaba. No hubo ni un solo cubo de los que miré en los que hubiera sólo la basura que debería haber habido.
Y también en las compras podemos mostrar otra actitud. Es más sencillo comprar las cosas envasadas que esperar en la cola de la fruta o de la carne, pero ¿qué ocurre luego con todos esos envases de plástico en los que nos viene presentado para coger directamente?, ¿los echamos en su contenedor correspondiente por lo menos?
Es muy fácil y muy nuestro exigir responsabilidades mientras hacemos dejación de nuestras responsabilidades y de nuestros deberes individuales.
Viñeta de El Roto. El País. Viernes 12 de Diciembre 2008.
12 días de cumbre, de reuniones… y al final lo único en claro, como ya ocurrió en Bali es un calendario de más reuniones para preparar la reunión de Copenhague que tendrá lugar a final del 2009, de donde debe salir un texto que sustituya a Kioto.
El problema es que lejos de que vaya a ser Copenhague un tratado que amplíe horizontes de compromiso respecto a Kioto, se va a quedar en un sustituto que trate de poner nuevos plazos al fracaso de los compromisos que se alcanzaron en ese anterior tratado.
EE.UU. parece alejado de cualquier compromiso en firme, no firmó Kioto anteriormente, y tal vez sería la hora de que el resto de la comunidad internacional alcanzara acuerdos que penalizaran la falta de compromiso y la irresponsabilidad tantas veces manifiesta del supuesto líder mundial.
Hace pocos días, dentro de la información que sobre la cumbre se ha ido produciendo, leía que en el Atlas de Especies Amenazadas se dice que “el cambio se está produciendo tan rápido en todo el mundo que muchas especies no tendrán suficiente tiempo de adaptarse”.
Los líderes mundiales parecen renqueantes a tomar decisiones duras al respecto. Pero no es sólo responsabilidad de ellos. Todos podemos hacer más cosas. La pasada semana, viajando por la autovía A4, Córdoba-Madrid, habían estado realizando la rutinaria limpieza de cunetas, de lo que tiramos. Eran innumerables los bolsones que habían llenado.
En la pasada Expo de Zaragoza, prácticamente en todo el recinto había cubos agrupados para poder tirar por separado el papel, los envases y la basura orgánica. En mi primera visita hice el ejercicio de mirar todos por los que pasaba. No hubo ni un solo cubo de los que miré en los que hubiera sólo la basura que debería haber habido.
Y también en las compras podemos mostrar otra actitud. Es más sencillo comprar las cosas envasadas que esperar en la cola de la fruta o de la carne, pero ¿qué ocurre luego con todos esos envases de plástico en los que nos viene presentado para coger directamente?, ¿los echamos en su contenedor correspondiente por lo menos?
Es muy fácil y muy nuestro exigir responsabilidades mientras hacemos dejación de nuestras responsabilidades y de nuestros deberes individuales.
Viñeta de El Roto. El País. Viernes 12 de Diciembre 2008.
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